En algún lugar…

 

“Te tomo la palabra”, me dijo.

Años después, quizás miles de vidas después “lo que la mañana había separado, la noche negra volvió a juntar”.

Para mi pintar es hacer música. Es la culminación de un sueño, la respuesta a mis palabras, el paisaje que me acoge en la comprensión del dolor.

La pintura me habla a la vez que yo hago el amor con ella, como si estuviese en el cine de mi juventud perdida.

Ella me alcanza cuando me pierdo y me da las alas cuando me derrito por un agujero en el que caigo hasta encontrar su abrazo.

Esto de pintar no es más que un barquito en el que todo es posible.

Un viaje por mares que siento que me han arrebatado y que por ello me siento responsable de volver a hallar, para hacerlos al menos visibles, al nombrarlo con los colores que me han dado mis manos.

 

5 de Octubre de 2016

 

Nacho Tusquets