En el momento en que lo retro está pasando de moda para dejar espacio a lo atemporal, nos encontramos frente a la obra de Guillermo Pfaff, sorprendidos por no estar sorprendidos ante la obra de un artista que apuesta por la pintura sin reservas y es totalmente contemporáneo.

 

Actualizar el hoy extraño medium de linos reestirados y pigmentados al óleo colgados de la pared es el reto que propone Pfaff.

 

Parapetado en una técnica minimalista como su obra, logra un efecto parecido al que provoca contemplar las acciones de un atleta, y hace parecer fáciles los estupendos movimientos congelados por el color en la tela.

 

Directos y honestos, lo que hay que saber sobre estos cuadros está en el objeto mismo de su pintura. 

 

A simple vista parecen responder a un código, el ánimo busca el significado, la correlación de las formas, pero eventualmente se cae en cuenta de su verdadera naturaleza y es que no responden a un código de lectura como lo haría un pentagrama o un texto, sino que aspiran a la condición de la música.

 

 - Uxval Gochez